De todos los pueblos bonitos de la Tramuntana, es posible que Valldemossa y Sóller se lleven gran parte de la fama. Son imprescindibles de visitar y sí, son bonitos. Pero Fornalutx, pequeño y desconocido, es si cabe, aún más bello.
Vista general de Fornalutx
Situado en el Valle de Sóller, sigue cosechando galardones por su cuidado y conservación: en el año 1983 fue galardonada con la “Placa de Plata por el Fomento de Turismo de Mallorca por la Defensa y Mantenimiento de la Villa” y de la Secretaría General de Turismo obtuvo aquel mismo año el “II Premio Nacional de Pueblos Embellecidos y Mantenidos de España”. En 1995 le fue dedicado el “Premio Encina” por su labor en favor de la Naturaleza.
Calles empedradas
La historia de Fornalutx se remonta a la edad media. Surgió como una primitiva alquería mora, con un trazado irregular y calles estrechas. «Fornalugi«, como aparece en documentos antiguos, está muy ligado a la historia del cercano pueblo de Sóller, con el que formó un municipio hasta 1837.
En Fornalutx encontraremos las típicas casas de montaña mallorquinas, sencillas, que reflejan una forma de vida de otros tiempos, en los que el cultivo del naranjo y el olivo fueron protagonistas. Es precisamente perderse entre sus callejuelas empedradas, austeras y sencillas, el mayor atractivo del pueblo.
Destacan, además, la Casa de la Villa, con una torre de defensa del siglo XVII. También la iglesia parroquial construida en 1639 y de estilo gótico, aunque hoy en día muestra un aspecto propio del barroco debido a las numerosas reformas a las que ha sido sometida.
Apenas 800 habitantes residen en Fornalutx, aunque personajes y artistas de Europa, y especialmente Alemania, han establecido residencia definitiva en el pueblo, atraídos por la belleza del paisaje y la sencillez del día a día.
Nosotros paramos en Es Pa de Fornalutx, una pequeña panadería con fruta y dulces tradicionales. Chris compró una ensaimada de albaricoque. Yo ya llevaba una galleta enorme que compré en Celidelicias en Palma, aunque tenían algunas cositas sin gluten también. Después acabamos de desayunar en la plaza del pueblo.
Cactus en Es Turó
Es Turó
También nos acercamos hasta el restaurante Es Turó, rodeado de cactus y con unas vistas preciosas, pero acababan de abrir y no tenían «nada» a la vista para desayunar.
Habitantes de cuatro patas
TIERRICÖLA 